El concesionario como lo conocemos tiene fecha de defunción: 2023-2027

21 de Septiembre de 2021

Hace años que viene siendo un runrún, pero el empujón hacia adelante que ha provocado la pandemia está haciendo que muchas marcas de automóviles aprovechen para dar tijeretazo a todo aquello que sostenían de manera precaria, con la excusa de los “tiempos difíciles”. Lo estamos viendo con la escasez de piezas, lo estamos viendo con el aumento de los márgenes en la venta de coches nuevos a propósito del “coche tecnológico y conectado” (récord de beneficios en muchas marcas en un entorno de escasez DE TODO), y se ha confirmado lo que va a ocurrir con el futuro de los concesionarios, forzados ahora a ser “agentes de marca”.

Stellantis, el grupo que aúna las marcas resultantes de la fusión entre PSA y FCA ha sido la primera en tirar la piedra, para luego seguirle Mercedes Benz, pero al igual que ha ocurrido con la electrificación, es cuestión de meses que la reacción en cadena se vaya sucediendo en el sector, y que todos hagan lo mismo como ya ha empezado a pasar. ¿Qué implica todo esto?

El modelo de agencia implica que los concesionarios dejan de disponer de stock físico de coches, y que es el fabricante quien lo maneja, en función de la demanda, y más importante todavía, es quien decide el precio de venta de cada vehículo. Se acabó la relación “fabricante-mayorista que compra” de toda la vida, con márgenes de por medio con los que la concesión jugaba para vender. Un precio para todos, el mismo, y una comisión para cada venta, la misma, por supuesto con la zanahoria de incentivos para llegar a ciertos niveles de venta.

La marca, la central, se queda con todo el peso y el poder de decisión del precio de venta.

La primera consecuencia de todo esto es que en muchas zonas no va a ser posible que concesionarios de “toda la vida” puedan mantener su actividad, no quedándoles más remedio que fusionarse, “consolidar” con otros grupos para crear centros de distribución y atención al cliente más potentes, pero también más concentrados. La previsión es que desparezcan puntos de venta.

La segunda consecuencia más importante de todo esto es que en muchos lugares podrían desaparecer las tradicionales exposiciones de marca, que se van a redefinir por completo, y por ende, la venta online de automóviles nuevos va a ser mucho más importante. De hecho ya viene pasando desde hace años con determinados coches, especialmente los eléctricos, sea la marca que sea: Tú vas al concesionario, pero el concesionario lo único que hace es “hacerte el pedido” de manera telemática, cosa que tú mismo podrías hacer desde tu casa o teléfono, allá donde estés.

Es exactamente el mismo modelo, que tanta polémica ha causado en EEUU por ser ilegal en algunos estados, que Tesla Motors implementó desde su mismo nacimiento. A efectos de fabricación y distribución, supone un auténtico hito que busca aumentar la eficiencia en el flujo de demanda-producción-venta. En resumen, menos coches van a ser fabricados, probablemente, y los márgenes para los fabricantes van a aumentar.

En añadido, las agencias resultantes seguirán teniendo la responsabilidad de ser formados para las marcas de automóviles, para gestionar la garantía y las operaciones de mantenimiento y reparación que por contrato se incluyan en la venta del vehículo. A este respecto, nótese que un automóvil eléctrico, o electrificado, tiene mucho menos mantenimiento y también muchas menos cosas que averiarse, aunque estos inicios de su vida útil, por contarlo todo, están siendo un auténtico despropósito en lo que se refiere al servicio posventa que ofrecen a sus clientes.

Con baterías de por medio, los concesionarios y lamentablemente los clientes están “vendidos” por la nula formación y disponibilidad de información técnica y capacidad de diagnosis. Es de esperar que todo el sector se “ponga las pilas”, y también que poco a poco las intervenciones en las baterías y sus componentes (motores eléctricos, inversores, unidades de control de potencia, cargadores embarcados, etc) comiencen a tener su espejo en una posventa plural, en la que el acceso a la pieza y la formación necesaria para su montaje esté al alcance de todo aquel que quiera repararlos.

Lo único cierto, mientras todo esto sucede, es que un coche eléctrico que salga “bueno” tiene mucho menos trabajo que hacer que uno convencional, lo que no quita que las famosas “revisiones” sean mucho más caras, ¿para compensar? No es menos cierto que en materia de reparación de vehículos electrificados, todo el mundo comienza desde cero, incluida una red marquista que en muchos casos, en España a 2021, está haciendo el ridículo con su capacidad para diagnosticar averías y repararlas en un plazo, siquiera razonable.

La situación es clara. El concesionario está débil, sus precios de mano de obra están disparados hasta límites absurdos en la posventa, y su fiabilidad en materia de electrificados es penosa. ¿Habrá habido alguna vez un momento mejor para aprovechar este caos?

Igualmente, el aumento del precio de los vehículos y el crecimiento del renting de manera desaforada cambian completamente, sumada a la electrificación, la foto de cómo, cuándo y dónde se van a mantener y reparar los coches nuevos, y todo esto, por supuesto, sin desdeñar para completar el boom del vehículo usado, cuyo crecimiento no parece tener fin en los próximos años, y veremos hasta dónde. ¿Vamos hacia una “cubanización” del parque móvil hasta 2040? Veamos.

Toda una Organización al Servicio del Taller, del fabricante y del distribuidor

Noticias

Noticias

El concesionario como lo conocemos tiene fecha de defunción: 2023-2027